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Jumilla, un tesoro vitivinícola de España


La Denominación de Origen (D.O.) Jumilla es una de las más antiguas y prestigiosas de España, ubicada en el sureste del país, abarcando principalmente la región de Murcia y una parte de la provincia de Albacete en Castilla-La Mancha. Esta denominación se caracteriza por la producción de vinos de alta calidad, con una fuerte identidad y reconocimiento en los mercados nacionales e internacionales. La historia vitivinícola de Jumilla se remonta a más de 5.000 años, con evidencias arqueológicas que confirman la presencia de la vid en la región desde la Edad del Bronce. Sin embargo, fue durante la Edad Media y, posteriormente, en el siglo XIX cuando el cultivo de la vid adquirió una importancia notable. La crisis de la filoxera que afectó a los viñedos franceses en el siglo XIX benefició a Jumilla, ya que muchas bodegas francesas recurrieron a esta región para abastecerse de uva y vino.

La D.O. Jumilla fue establecida en 1966, lo que marcó un punto de inflexión en la producción vitivinícola de la región, enfocándose en la mejora de la calidad y en la protección de sus características únicas. El clima de Jumilla es mediterráneo con influencias continentales, caracterizado por inviernos fríos y veranos muy calurosos, con precipitaciones escasas que no superan los 300 mm anuales. Estas condiciones favorecen la concentración de azúcares en las uvas, lo que da lugar a vinos con gran cuerpo y personalidad. Los suelos de la región son mayormente calizos, con una excelente capacidad de drenaje y una riqueza mineral que influye en la composición aromática y estructural de los vinos.


La variedad estrella de la D.O. Jumilla es la Monastrell, una uva autóctona que se adapta perfectamente a las condiciones climáticas y edafológicas de la región. La Monastrell representa aproximadamente el 80% de la producción y es responsable de vinos tintos intensos, con notas especiadas y frutales, buen equilibrio y una gran capacidad de envejecimiento.


Además de la Monastrell, se cultivan otras variedades como la Tempranillo, Syrah, Garnacha Tintorera, Cabernet Sauvignon y Merlot, que aportan matices diversos a los vinos de la denominación. En cuanto a las uvas blancas, destacan la Airén, Macabeo y Sauvignon Blanc, aunque en menor proporción.


Los vinos tintos de Jumilla son potentes, estructurados y con una marcada presencia de fruta madura. Pueden encontrarse en versiones jóvenes, crianza, reserva y gran reserva, dependiendo del tiempo de envejecimiento en barrica y botella. Los rosados, elaborados mayormente con Monastrell, destacan por su frescura y notas frutales, mientras que los blancos, aunque menos comunes, son ligeros y afrutados.


En los últimos años, los vinos de la D.O. Jumilla han experimentado un notable auge en los mercados internacionales, ganando premios en certámenes de prestigio y conquistando a los paladares más exigentes. La combinación de tradición, innovación y un terroir privilegiado han hecho de Jumilla una referencia en el mundo del vino.


 
 
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